Para llevar a cabo este proyecto, Shin Fujiyama realizó un impresionante reto: recorrió 250 kilómetros desde Chamelecón, en San Pedro Sula, hasta la UNAH en Tegucigalpa. Este esfuerzo ejemplar fue clave para recaudar los fondos necesarios y llamar la atención sobre la importancia de mejorar las condiciones educativas en Honduras.