Nos unimos para celebrar los 99 años de grandeza del Club Deportivo Marathón, quienes a través de los años han tenido una exitosa existencia deportiva, siendo uno de los equipos de fútbol más antiguo del Territorio Hondureño.
A este club se le conoce tradicionalmente como un equipo tricolor, sin embargo, prevalece el verde, por lo que son llamados los monstruos de la zona norte del país. Uno de los hechos más significativos del cuadro sampedrano es que es el único club de la Liga Nacional que posee su propio estadio, hablamos del Yankel Rosenthal.
“Es un día especial para los panzas verdes, celebramos más de 9 décadas de historia, el amor por la sinfonía verde crece con el tiempo y nos llena de orgullo verter de esmeraldas.” Afirmó el Club.
Cabe resaltar, que de la mano de Ángel Ramón «Mon» Rodríguez, el Marathón logró su primer título de campeón en 1979 con figuras como Roberto “Robot” Bailey (QDDG), Arturo “Pacharaca” Bonilla, Francisco Javier Toledo (QDDG), Celso Güity (QDDG), Efraín “Pucho” Osorio, Ramón “Albañil” Osorio, René “Maravilla” Suazo, Jorge Alberto “Cuca” Bueso (QDDG), Félix Carranza, Jorge Phoyoú (uruguayo), Alberto Merelles (argentino), Juan Carlos Weber (argentino) Arturo Payne.
El segundo título tardó seis años, esta vez fue de la mano de Gonzalo «Chalito» Zelaya, con quien quedaron segundos de su grupo detrás del Club Deportivo Olimpia por diferencia de goles.
“Chelato” Uclés (QDDG) en el gran clásico nacional en mayo del 2002 los llevaba a la cima. Esa generación se acostumbró a ganar y 12 meses después lo conquistó en el Clausura 2003, de la mano del brasileño Flavio Ortega (QDDG), quien suplió al argentino Miguel Ángel Lemme.
En diciembre del 2004, Marathon con Nicolás Suazo alzaba la quinta Copa en el estadio Nacional con un global 5-3 sobre Olimpia en una final donde la figura fue el uruguayo Egardo Simovic.
Todos los triunfos que han obtenido los verdolagas son importantes, pero la alcanzada en mayo del 2018 es más especial por una sencilla razón, fue en su estadio el Yankel Rosenthal en un momento imborrable y único de su historia de la mano del técnico argentino Héctor Vargas y con la presidencia de Orinson Amaya.