Luego de que Marlon Ochoa, uno de los nuevos consejeros electos del Consejo Nacional Electoral (CNE), afirmara que existe un acuerdo secreto para asumir la presidencia del CNE después de las elecciones de marzo de 2025, varios dirigentes políticos han alzado su voz. Entre ellos, Fernando Anduray, del Partido Nacional, quien ha sido uno de los más críticos. “Definitivamente no, ningún proceso electoral será exitoso si un partido controla todo”, expresó Anduray, advirtiendo sobre la necesidad de democratizar el proceso electoral sin influencias políticas.
Anduray acusó al partido Libre y a Manuel Zelaya de orquestar un plan para asegurar el control absoluto de los órganos electorales y garantizar una victoria electoral mediante fraude. Según el dirigente, la influencia de Libre se extiende hasta la Secretaría de Defensa y las Fuerzas Armadas, instituciones garantes del proceso electoral. Además, señaló la cercanía de Ochoa con figuras clave dentro del gobierno, lo que, según él, refuerza las sospechas de manipulación del proceso.
Por otro lado, Manuel Zelaya respondió contundentemente a los jefes de bancada del Congreso Nacional, acusándolos de "embusteros" en relación al reciente proceso de elección de los consejeros del CNE. Zelaya recordó el acuerdo alcanzado en marzo de 2024, respaldado por 106 votos en el Congreso, y cuestionó la memoria de los líderes de bancada que ahora parecen desconocer el pacto.
Para Anduray, este reclamo público por parte de Zelaya es una prueba irrefutable de un oscuro acuerdo para controlar los órganos electorales y garantizar la victoria de Libre. Además, denunció que sectores del Partido Liberal y del Partido Nacional participaron en la negociación, lo que permitió la elección de los consejeros y la ratificación de funcionarios clave, como el fiscal general, con el apoyo de ambas bancadas en el Congreso.
Finalmente, Anduray hizo un llamado a identificar a los "traidores" dentro de los partidos Liberal y Nacional, quienes, según él, facilitaron la ejecución de este pacto. Afirmó que, mientras estos sectores sigan ejerciendo presión dentro de los órganos electorales, será imposible detener el plan de fraude electoral que, según sus palabras, ya está en marcha.