Médicos en Sudáfrica confiesan que las cifras oficiales son "absolutamente incorrectas"

Sudáfrica es el país más afectado de África por la pandemia del coronavirus atraviesa una segunda agravada por una cepa particularmente contagiosa. Las camas de los servicios de cuidados intensivos siguen ocupadas y las condiciones de trabajo son temibles, según detallan numerosos miembros del personal sanitario, a pesar del silencio mediático impuesto por las autoridades que niegan todo acceso a los hospitales a los periodistas.

Nthabeleng, madre de familia de 28 años, una de las tres enfermeras de la clínica de Limpopo (norte, una de las regiones más pobres del país), está estresada y tiene tanto miedo de contraer el virus como de transmitirlo. "Cuando salgo del servicio covid-19, me saco todo el equipo de protección en el patio detrás de la clínica. Luego regreso y me ocupo de otros pacientes que tengo que tocar, entre ellos mujeres embarazadas", cuenta con voz temblorosa.

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Entre el personal hospitalario, la tasa de infección es alarmante. "Algunos se curan, otros mueren. Pero la escasez de material de protección sigue siendo un gran problema", afirma Nthabeleng. Su trabajo de alto riesgo y la falta de máscaras y otras batas desechables la obligaron a abandonar su casa, y ahora duerme en la clínica.

Por su parte, el sindicato de enfermeros YINTU explica que las cifras oficiales son "absolutamente incorrectas". "Creo que en un momento dado se perdió la cuenta", confía a la AFP su presidente Lerato Mthunzi. "Los muertos no fueron sustituidos, las enfermeras que estaban desempleadas siguen estando desempleadas", lamenta, y pide a las autoridades que cubran los puestos vacantes.

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