Cada 18 de diciembre, el mundo conmemora el Día Internacional del Migrante, una fecha que nos invita a reflexionar sobre los desafíos que enfrentan millones de personas al dejar su país natal en busca de un futuro mejor.
En el caso de Honduras, la emigración es un fenómeno que ha ido en aumento, impulsado por diversas causas que afectan tanto a la población local como a los migrantes que atraviesan el país.
Según el Observatorio de Migraciones Internacionales de Honduras (OMIH), en 2023 se registró un récord de 545,043 migrantes extranjeros en tránsito por el país, la cifra más alta en la última década.
Para junio de 2024, el número de migrantes contabilizados ascendió a 248,035, lo que refleja un aumento del 83% en comparación con el mismo período del año anterior.
Estos datos muestran una tendencia creciente de personas que atraviesan Honduras en su camino hacia otros destinos, especialmente Estados Unidos.
La emigración desde Honduras responde a varios factores. Uno de los principales es la difícil situación económica, donde la falta de empleo y las oportunidades limitadas en sectores clave empujan a muchos a buscar una mejor calidad de vida en otros países.
Además, la violencia y la criminalidad, producto de las pandillas y otros grupos criminales, generan un entorno de inseguridad, especialmente para los jóvenes y aquellos que defienden los derechos humanos.
Finalmente, los efectos del cambio climático, como las sequías y las inundaciones, han afectado gravemente la agricultura y las condiciones de vida, forzando a muchas personas a migrar en busca de estabilidad.
Este Día del Migrante, es fundamental que se reconozcan las causas profundas de la emigración y se promuevan políticas públicas que garanticen la seguridad y el bienestar de los migrantes, tanto en su tránsito como en su destino final.