Ubicada a tan solo 43 kilómetros de Tegucigalpa, esta joya natural se ha convertido en un destino predilecto para quienes buscan escapar del bullicio de la ciudad y sumergirse en un entorno de paz y aire puro. Durante el trayecto hacia la cascada, los visitantes pueden admirar un exuberante paisaje lleno de árboles y vegetación que envuelve el camino en un ambiente fresco y revitalizante.