Más de 240 pacientes renales en El Paraíso enfrentan un drama diario que pone en riesgo sus vidas. Obligados a viajar largas horas para recibir tratamiento, soportan el agotamiento físico y emocional, mientras el centro de hemodiálisis en Danlí, completamente listo, permanece cerrado por la inacción del gobierno.
Diputado Ramón Carranza Discua y activistas locales alzan la voz, exigiendo a la ministra de Salud, Carla Paredes, que actúe de inmediato. “La vida no tiene color político; cada día perdido puede costar vidas”, señalaron, llamando a la empatía y acción urgente.
"Su inacción pone vidas en grave riesgo y refleja una alarmante indiferencia. Le exigimos autorizar de inmediato su funcionamiento", destacó el congresista. "La salud de cientos de hondureños no puede seguir siendo postergada", enfatizó.
"Señora ministra, su inacción pone vidas en grave riesgo y refleja una alarmante indiferencia. Le exigimos autorizar de inmediato su funcionamiento. La salud de cientos de hondureños no puede seguir siendo postergada", prosiguió.
Por su parte Claudia Ochoa, quien forma parte del grupo de apoyo a los pacientes de diálisis de Danlí manifesto: "exigimos la apertura inmediata de la clínica de diálisis en Danlí, ya lista y con los permisos".
"Ministra, no use la excusa de la corrupción mientras pacientes renales mueren tras viajar cuatro horas para su tratamiento. La vida no tiene color político", comentó. "Actúe con empatía o tomaremos medidas para habilitarla" concluyó Ochoa.