Además de su riqueza biológica, la Reserva de la Biosfera del Río Plátano es un lugar de gran valor cultural y arqueológico. La región es hogar de comunidades indígenas como los pech, tawahka, miskitos y garífunas, que han vivido en estrecha relación con el entorno natural, y en ella se encuentran importantes sitios arqueológicos, como los petroglifos que dan pistas sobre una civilización desconocida, vinculada a la leyenda de la “Ciudad Blanca”.
La reserva fue reconocida como Patrimonio de la Humanidad en 1982, pero a pesar de los esfuerzos de conservación, enfrenta amenazas significativas como la deforestación y la extracción ilegal de recursos. La protección de esta invaluable área natural requiere de estrategias de conservación que integren el bienestar de las comunidades locales.