A poco de que el vital líquido desaparezca en la ciudad de Uruguay.

Esto refleja que el país sufre su peor sequía en 74 años, ya que queda poco más del 1% de agua apta para el consumo. La última gran reserva de agua dulce de la capital tiene menos de un 2% de disponibilidad, es decir, que cuando esta se agote el abastecimiento se deberá hacer desde una fuente con mayores niveles de salinidad que no se podrá beber.

Cabe destacar, que esta ciudad solía presumir de tener en su suministro una de las mejores calidades de agua de Sudamérica, y ahora el panorama a cambio, en los supermercados se han desatado las compras masivas, las botellas de agua se están vendiendo el triple de lo habitual, y los bidones de agua potable de seis litros son como oro.

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