
JERUSALÉN (AP) – Israel y el grupo guerrillero libanés Hezbolá intercambiaron fuego el lunes por la frontera y las autoridades israelíes pidiendo a sus civiles permanecer en casa, en los más cruentos combates entre los dos archienemigos en casi un año.
El intercambio identificado cerca de la zona conocida como las Granjas del Chebá, capturadas por Israel en la guerra de 1967 y reclamadas por el Líbano. Habitantes del lado libanés de la frontera aseguraron que los cañoneos israelíes continuaron por más de una hora.
La violencia estalla en momentos en que Israel está en alerta por la posibilidad de un ataque de Hezbollah debido a que un bombardeo aéreo israelí mató a un integrante de esa milicia en Siria la semana pasada.
El portavoz de las fuerzas israelíes, el teniente coronel Jonathan Conricus, aseguró que Israel «logró frustrar un intento de infiltrarse en Israel» por parte de un escuadrón de hombres armados.
«Sabemos con certeza que estaban armados y que penetraron la Línea Azul hacia Israel», dijo Conricus a reporteros en referencia a la línea de marca la frontera entre los dos países.
Añadió que los efectivos israelíes abrieron fuego contra los militantes cuando entraron en territorio israelí, y que los guerrilleros devolvieron el fuego. Ningún soldado israelí resultó lastimado, dijo Conricus, pero no pudo confirmar la condición de los rebeldes ya que huyeron de la zona.
Israel y Hezbollah lucharon una guerra de un mes en el Líbano en el 2006 sin un resultado claro. Israel ha llevado un cabo decenas de bombardeos en Siria en años recientes, lo que identificó como envíos de armas desde Irán hacia el Hezbolá.
De inmediato no hubo comentario alguno por parte de Hezbolá.
La fuerza de paz de la ONU en el Líbano, conocida como UNFIL, informó que su comandante, el alcalde general Stefano Del Col, estaba en contacto con ambas partes a fin de evitar la situación degenere en más violencia.
Del Col «le ha pedido a las partes que tienen máxima cautela», declaró UNIFIL en un comunicado.
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El corresponsal de The Associated Press Bassem Mroue contribuyó con esta nota desde Beirut.