
Hubo un tiempo que gerard herrero fue un director interesante. No me refiero únicamente a ‘Desvío al paraíso’ (1994), notable cinta de suspenso con guion de Daniel Monzón, que refrescó el panorama del thriller autóctono con el protagonismo de un inquietante Charles Dance. Hablo de películas menores pero honestas, como ‘Las razones de mis amigos’ (2000), ‘El principio de Arquímedes’ (2004) o ‘Una mujer invisible’ (2007), que reflejan la crisis de una clase mediática que vivió encima de sus posibilidadesuna burguesía incapaz de adaptarse a los nuevos tiempos, con un tono que oscilaba entre lo tragicómico y lo costumbrista.
El tiempo ha pasado y hemos visto demasiadas películas de Herrero indiscutiblemente olvidables: ‘Que parezca un accidente’ (2008), ‘El corredor nocturno’ (2009), ‘El asesino de los caprichos’ (2019), por nombrar solo unas pocas. Y hay que reconocer que, comparada con estas, ‘bajo terapia‘ tiene un resultado mantenimiento y facilidad de desparasitación, también de rápida digestión. Igualmente es cierto que algo hay, además de personajes y en el retrato de los mismos, pretendidamente ácido, del Herrero que más interés despertó en un pasado que se antoja demasiado lejano.
El director adapta el material del estreno a la obra de teatro de Matías de Benito en un gion presentado a tres parejas con problemas en una sesión de terapia de grupo. Malena Alterio, Alexandra Jiménez, Fele Martínez, Antonio Pagudo, Eva Ugarte y Juan Carlos Vellido hijos de sus protagonistas. El humor no funciona, el drama no surge, la intriga más o menos mantiene el interés. La dirección de Herrero es ágil, con una cámara demasiado omnipresente en momentos que habrían convenido que fuera invisible.
El grupo de intérpretes, reciente e inexplicablemente premiados en el Festival de Málaga, algunos magníficos en otras películas, hace lo que puede con unos personajes temáticos, planos hasta la medula y fastidiosamente unidimensionales. ninguno destaca por encima del otro, todos vale de sus probados tablas manejándose en un registro de piloto automático.
Los diálogos y los conflictos resultantes demasiado trillados; aun así, funcion el ritmolo que proporciona que la mer experiencia llevadera dentro de sus estrechos límites, siempre y cuando el espectador sea benévolo y paciente.
“Bajo terapia”: teatro filmado y recorrido sorpresa
La estrategia by tomar una obra de teatro que ha funcionado en las tablas para adaptarla a la gran pantalla no es nueva, incluyendo Empieza a hacerse relativamente frecuente. ‘Bajo terapia’ palidece ante los resultados de ‘El método’ de Marcelo Pyñeiro, basado en la obra de Jordi Galcerán; de ‘El rey tueto’ de Marc Crehuet, basado en su propia obra; de ‘Litus’ de Dani de la Orden, basada en la obra de Marta Buchaca; de ‘La llamada’ de Los Javis, basada en su propia obra; o de ‘El test’, también de Dani de la Orden, basada en la obra de Jordi Vallejo. En todas ellas sus respectivos personajes y conflictos importaban; aquí, a penas duramadre.
El conjunto también se acerca a otras películas que presentan pocos personajes y una sola localización, caso de la sobrevalorada ‘Sentimental’ de Cesc Gay o de la subvalorada ‘Perfectos desconocidos’ de Álex de la Iglesia, remake de la película homónima de Paolo Genovese. Frente a ellas, ‘Bajo terapia’ parece probable jugar en una liga inferior.
Como principal novedad e interés, Gerardo Herrero juega en el desenlace, como antes Matías de Benito, a dar un giro a la historia que convierte la comedia ligera de matrimoniadas en un cine denuncia de gesto circunspecto.
Es interesante ya que este es el último acto de la película como una especie de novela policiaca a la inversa, que no habría disgustado ni a la propia Agatha Christie. Lo peor es que el tono empleado por el director está más cerca del recado social oportunista que de la deconstrucción irónica, lo que añade ínfulas a un resultado ya de por sí endeble.

En Espinof | Premios Goya 2023: todos los vídeos están disponibles en HBO Max, Movistar+, Amazon Prime Video y otras plataformas de streaming