El Domingo de Resurrección o como también se le conoce como Vigilia Pascual, es el día donde la iglesia de Dios, busca sus mejores prendas para celebrar este día, ¿Por qué?, porque es el aniversario del triunfo de Cristo, la conclusión del drama de la pasión y la alegría inmensa después de todo el dolor sufrido, Y un dolor y gozo que se funden pues se refieren en la historia al acontecimiento más importante de la humanidad: la redención y liberación del pecado de la humanidad por el Hijo de Dios.
El apóstol Pablo nos dice en una de sus cartas: “Aquel que ha resucitado a Jesucristo devolverá asimismo la vida a nuestros cuerpos mortales”, No se puede comprender ni explicar la grandeza de las Pascuas cristianas sin evocar la Pascua Judía, Cristo, al celebrar la Pascua en la Cena, dio a la conmemoración tradicional de la liberación del pueblo judío un sentido nuevo y mucho más amplio. No es a un pueblo, una nación aislada a quien Él libera sino al mundo entero, al que prepara para el Reino de los Cielos.
A través de la resurrección, Jesús le mostró al mundo que pudo vencer la muerte y que su poder es infinito, el Hijo de Dios le dio una lección al mundo de que él es el camino a la salvación y que con su segunda venida terminará de demostrar que nunca mintió, y que vendrá por su iglesia.
