Durante décadas, la monarquía española se erigió como una figura de consenso que gozaba de la confianza de una porción muy relevante de la ciudadanía. Gracias a su transversalidad, la jefatura de Estado cumplía de forma razonable su principal cometido de representar simbólicamente la unidad de todos los españoles. Sin embargo, durante la última década, la Corona ha perdido gran parte de ese consenso que le caracterizaba y se encuentra en una crisis sin precedentes ….
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