Lionel Messi, camino a ser campeón entre las sombras: uno de los títulos más raros de su carrera

Que Paris Saint Germain pueda ser este miércoles campeón de la Ligue 1 de Francia sin Lionel Messi en la cancha representa más un reflejo de la temporada que un desencuentro inoportuno o trascendente. Esta vez será una inflamación en el tendón de Aquiles izquierdo el motivo que lo marginará del partido de visitante ante Angers (a las 16 de la Argentina, televisa ESPN). Leo habrá faltado en 11 de las 33 fechas. En un tercio de los partidos estuvo afuera por razones varias: una incorporación sobre el comienzo del torneo que lo obligó a un trabajo de adaptación y acondicionamiento, a lo que luego le siguieron lesiones -ninguna de gravedad-, contagio de Covid, un estado gripal y este descanso precautorio por las molestias en el tendón de la pierna.

Será el undécimo título de liga europea para Messi, luego de los 10 que ganó con Barcelona. De todos, seguramente es el que menos sentirá como propio, en el que menos influyó. Le servirá más para beneficio de inventario que como una de las tantas perlas de su extraordinaria carrera. Hizo tres goles de los 72 que marcó PSG. Ninguno decisivo, que cotizara en tres puntos. Todos decorativos: el cuarto en el 5-1 a Lorient, el tercero en el 5-1 a Lille y el tercero en el 3-1 a Nantes. Llevaba 15 temporadas consecutivas marcando dos dígitos de goles en la Liga de España. En nueve cursos pasó los 30 tantos, con el techo de los 50 en 2011/12.

La eficacia de PSG es asunto de Kylian Mbappé, autor de 21 goles y, sin dudas, primera figura en un plantel en el que la cartelera queda chica para acomodar tanto apellido de relumbre. Más importante fue la contribución de Messi en el rubro asistencias: suma 11 y está a cinco del récord en una temporada de la Ligue 1, en posesión de Ángel Di María, con 18. Venía con un doble hat-trick consecutivo de pases-gol frente a Clermont y Lorient, pero en el clásico ante Olympique Marsella se lo vio menos inspirado y lúcido.

El papel escasamente relevante de Messi en la Ligue 1 quedaría en una anécdota si la compensación hubiese estado en la concreción del gran objetivo de los dueños qataríes: la Champions League. No lo contrataron para conquistar la octava Ligue 1 en los últimos diez años, sino para hacer cima en Europa. No solo fue la eliminación en los octavos de final, sino el súbito desplome del equipo ante Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Messi venía más afinado para el gol en Europa, con cinco tantos en igual cantidad de encuentros, hasta que el cruce con Real Madrid echó todo por tierra: Thibaut Courtois le atajó un penal en el Parque de los Príncipes y en Madrid fue un náufrago más cuando llegó el tsunami que encabezó Karim Benzema. El rosarino no volvió a ejecutar un pena

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