Los migrantes son los que han mantenido a Honduras estable.

El Instituto de Política Migratoria estima que casi medio millón de hondureños no autorizados residían en los EE.UU. a partir del año 2019, lo que equivale aproximadamente al 5% de la población de Honduras. El flujo continuo de remesas actúa como una válvula de seguridad que alivia las presiones socioeconómicas que impulsan a las personas a migrar, pero solo de manera superficial. Como resultado, el gobierno carece de un fuerte incentivo para de manera integral las causas profundas de la migración.

La “trampa de las remesas” perpetúa un ciclo en el que la migración sigue siendo una salida constante para la población que busca mejores oportunidades en el extranjero, n lugar de invertir en crear esas oportunidades en casa.

Los expertos finalizaron asegurando que por el momento Honduras parece estar atrapado en un mal equilibrio, donde los costos de expresar la oposición a la incapacidad del Estado se han vuelto más altos que optar por migrar. Mientras no se escuchen las demandas de los hondureños por un mejor resultado será un mayor movimiento hacia el exterior.

 

 

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