Los tambores no se silenciaron

Horas antes de la tragedia, Aurelio Martínez disfrutaba de su día sin imaginar que sería el último. El reconocido músico abordó el vuelo que, trágicamente, se precipitó en Roatán, Islas de la Bahía, cobrando su vida y la de otras personas a bordo. La noticia estremeció a la comunidad artística y cultural, dejando un vacío irreparable en la música hondureña.

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