Ante una emergencia nacional desencadenada por las persistentes lluvias que han afectado profundamente a Honduras, se ha revelado una preocupante falta de compromiso por parte de algunos líderes políticos con los ciudadanos que los eligieron.
Más de 42,000 personas han sufrido las consecuencias de las intensas precipitaciones, siendo el departamento de Cortés uno de los más afectados, con miles de familias evacuadas de sus hogares.
Sin embargo, se ha observado que para los distinguidos parlamentarios Netzer Mejía, Ramón Barrios y Shirley Arriaga, miembros del Partido Libertad y Refundación (LIBRE), la magnitud de la tragedia que afecta a sus compatriotas no ha sido suficiente razón para suspender sus actividades y atender la emergencia.
Es evidente que los desafíos que enfrentan los hondureños, quienes claman por ayuda, parecen pasar desapercibidos para estos representantes del pueblo
Mientras algunos ciudadanos luchan por recuperar lo que queda de sus pertenencias tras las devastadoras lluvias, los tres diputados en cuestión han sido retratados en redes sociales con sonrisas y actitudes festivas, pareciendo ajenos a la tragedia que se vive en su propio país.
A la celebración también se hizo presente el abogado Luis Redondo para tirar la casa por la ventana con sus aleados estratégicos.
Esto plantea la legítima preocupación sobre si la empatía y la conexión con la realidad de la mayoría de la población son cualidades necesarias para asumir roles políticos en Honduras.
Es lamentable constatar que, para estos parlamentarios, atender la emergencia parece ser una responsabilidad demasiado pesada.
Es necesario recordarles que su deber es trabajar incansablemente para sacar adelante a Honduras en tiempos de adversidad, en lugar de disfrutar de festividades mientras su país se enfrenta a un desafío sin precedentes.
En un momento en que la unidad y la solidaridad son esenciales, la falta de sensibilidad y la indiferencia de estos políticos deberían ser motivo de preocupación para todos.