En un escandaloso ejemplo de desprecio por la salud de los hondureños, se ha revelado un turbio conflicto de intereses en el negocio de los pacientes renales.
Mientras los más vulnerables sufren, dos empresas vinculadas se disputan un contrato millonario, y la conexión con altos funcionarios del gobierno plantea preguntas incómodas.
Las empresas en cuestión son Oxígenos y Gases de Honduras S.A., cuyos socios incluyen a Mauricio Ramos Suazo, titular de la Secretaría de Infraestructura y Transporte. ¿Casualidad? ¡Lo dudamos!
Resulta que Ramos es socio de Edgar Castellanos y Donald Ray en esta empresa, creando un inquietante triángulo de intereses.
Este asunto plantea una interrogante de proporciones colosales: ¿Está el Ministro de Salud, Manuel Matheu favoreciendo a estas empresas debido a sus vínculos personales?
¿Están estos empresarios aprovechando su posición privilegiada para enriquecerse a expensas de los pacientes renales hondureños?
Mientras los pacientes renales siguen luchando por su vida, se espera que el gobierno dé respuestas y tome medidas para garantizar que la salud del pueblo no sea sacrificada en el altar de la codicia.
La sombra del conflicto de intereses se cierne sobre este "negocio millonario", y la ciudadanía merece la verdad, no disculpas vacías ni el silencio cómplice de quienes deberían protegerla.