Hay un momento, ya hacia el final de la serie documental de Movistar+, en el que Raphael pide, educadísimo siempre, el cambiar de tema. cambia. Esta decisión viene siendo coherente con lo que no encontramos en las cuatro horas que dura ‘Raphaelismo’.
No hay lugar a las tragedias, a lo morboso, a profundizar en la vida personal de rafael martos. Como responsable del documental, Charlie Arnaiz y Alberto Ortega tienen claro que quieren navegar en aguas tranquilas, sin alejarse mucho de la orilla, en este homenaje a la carrera del artista, que lleva seis décadas en los escenarios.
Lo cual es curioso porque, de hecho, incumple esa promesa de ver «cómo es en las distancias cortas? ¿Cómo es Raphael cuando se apagan los focos y se enfenta a los miedos?. Algo que nos dejaba ver que íbamos ha presenciar algo más que un sobrio relato luminoso éxito e influencia. No, eres así.
Rozando la alabanza
Tampoco estaba pidiendo una vorágine de trapos sucios en torno a la figura (no podemos olvidar que es un documental «autorizado» y bedecido por Raphael) pero si que esperaba algo menos de superficialidad o de irse por la tangente a la hora de abordar las cuestiones menos amables.
Que no es que no los trate: en el metraje hay hueco para hablar de las diversas manifestaciones que ha recibido a lo largo de su vida (que si su homosexualidad, sus presuntas afiliaciones políticas, etc.) o su grave problema con el Alcohol que Acabó con el cantante necesitando un hígado nuevo. Pero el documental (Raphael, más bien) marca el límite. Hasta aqui.
Es difícil, teniendo en cuenta que es una obra similar y reciente, no comparar un poco con ‘Lola’. El documental de Israel del Santo presenta un fresco y una fiesta vibrante en su (también) homenaje a la Faraona. En ‘Rafaelismo’ el tono es bastante mas solemne (y dado a la alabanza) en la exploración del como se construye un artista.
Esta distinción es bienvenida y no evita que podamos disfrutar bastante acompañando en los temas, las grabaciones de conciertos y programas y las odiseas al lado del otro del charco del cantante. En definitiva, ‘Raphaelismo’ celebra la vida de Raphael en un documental ligero y amable. Todo un regalo tanto para los fans como para los que no lo son tanto.
