Los diez primeros puestos de la lista de los deportistas mejor pagos en 2020 que acaba de publicar la revista Forbes están ocupados en su mayoría por figuras de deportes llamados “de masas”: fútbol, básquetbol, tenis, fútbol americano. Disciplinas que reúnen a millones de aficionados en el mundo ante los canales pagos de la televisión en horarios de máxima audiencia. Sin embargo, al primer puesto del último año no lo ocupan ni Lionel Messi, segundo con 107 millones de euros, ni Cristiano Ronaldo, que cierra el podio con 98 millones. El irlandés Conor McGregor es el que más ha ganado, con 180 millones de dólares, unos 147 millones de euros.
No es futbolista ni tenista, es luchador de artes marciales mixtas. Una disciplina que le ha proporcionado a McGregor ganancias dentro del octógono, es decir, peleando, de unos 20 millones. Los 127 restantes fueron cosechados entre patrocinios y negocios personales. Su ascenso a lo más alto de esta lista, en la que desbancó al probablemente mejor tenista de la historia, Roger Federer, es la última conquista de un hombre que tiene detrás una historia de superación pero que desde hace muchos años llena titulares con incidentes violentos y excentricidades. Al mismo tiempo, presume de estabilidad familiar y acaba de celebrar el nacimiento de su tercer hijo junto a Dee Devlin. El nuevo miembro del clan, Rían, ha llegado al mundo con su padre situado, en términos de ganancias, por delante de superestrellas como Neymar, LeBron James y Tom Brady.
