El Gobierno de Nicaragua, liderado por Daniel Ortega y Rosario Murillo, se pronunció tras la declaración aprobada en la Cumbre de la CELAC por la presidenta hondureña Xiomara Castro, señalando que no hubo consenso real, ya que países como Argentina, Paraguay y ahora también Nicaragua, no respaldaron el documento final. En una extensa carta dirigida a la presidencia pro tempore de la CELAC, Nicaragua expresó su desacuerdo con lo que considera un intento por debilitar los principios fundamentales del organismo.
Durante su intervención, Nicaragua agradeció a Honduras por la organización de la cumbre, pero reafirmó su postura inquebrantable en defensa de la soberanía, autodeterminación y no injerencia en los asuntos internos de los Estados. Recalcó que cualquier declaración de la CELAC debe reflejar estos valores, junto al compromiso por la paz, el desarrollo y la integración regional.
El gobierno nicaragüense denunció que algunos países actuaron con la intención de diluir los contenidos esenciales del documento final, minimizando temas clave como la solidaridad con Venezuela, el rechazo al bloqueo contra Cuba y la lucha contra las medidas coercitivas unilaterales. Aseguraron que aceptar una declaración que omita estos puntos es ceder ante presiones externas.
Asimismo, Nicaragua reiteró su apoyo a los pueblos de Palestina, Haití y el Caribe, y llamó a la CELAC a mantener su carácter de bloque solidario y unido frente a las injusticias globales. Insistieron en que el organismo no debe permitir que se impongan agendas que omitan la historia y los principios que le dieron origen.
Finalmente, el Gobierno de Nicaragua dejó claro que no aceptará una declaración que no represente el sentir y la lucha de los pueblos latinoamericanos y caribeños. "No estamos aquí para aceptar un documento solo por decir que lo aceptamos", concluyó el comunicado, reafirmando su decisión de no sumarse a la declaración final impulsada por la presidencia de Honduras.