El contrabando de cigarrillos representa una grave amenaza para la economía y la salud pública, exacerbando la evasión fiscal y el riesgo de enfermedades debido a productos no regulados. A pesar de los esfuerzos por parte de las autoridades, la falta de control efectivo y la sofisticación de las redes criminales siguen intensificando el problema, requiriendo medidas más contundentes y cooperación regional para mitigar su impacto.