En las calles de Campamento, Olancho, se vivió una escena única que quedará grabada en la memoria de quienes la presenciaron. Una novia, vestida con un hermoso vestido blanco, llegó a la iglesia en un carruaje decorado con flores y citas románticas.
El carruaje, tirado por caballos, avanzaba lentamente, creando un ambiente de cuento de hadas.
A medida que el carruaje avanzaba por las calles del pintoresco pueblo, los habitantes miraban con admiración el desfile nupcial.
La novia, radiante de felicidad, se preparaba para entrar a la iglesia y dar el "sí" en un día que marcaría el comienzo de una nueva etapa en su vida.
Este hermoso momento no solo reflejó el amor y la tradición, sino también la conexión de la pareja con su tierra natal, haciendo de este evento un recuerdo imborrable para la comunidad.
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