Como si su trabajo haya sido tan sobresaliente varios funcionarios del Gobierno de Juan Orlando Hernández, han pedido prestaciones por sus “servicios prestados” durante el tiempo que ejecutaron sus funciones algo que ha sido criticado por todos los hondureños.
Comenzaremos hablando del Ex canciller de la República, Lisandro Rosales, quien asumió su cargo como canciller de la República el 23 de julio de 2019, y hace unos días fue por ley destituido de su cargo ya que en unos días termina el mandato del presidente Juan Orlando Hernández.
Sorprendentemente, Rosales ha exigido se le paguen sus prestaciones por haber fungido como Canciller, como si los jugosos viáticos y el sueldazo que se ganó en su cargo no fuera suficiente, dando a conocer que cumplió con su cargo no para ayudar al país, si no más bien, para ganar dinero aunque no hiciera nada productivo mientras estuvo al frente de la cancillería.
Por otro lado, tenemos el caso que mencionábamos del Doctor Francis Contreras, a quien se le firmó un contrato por cinco años en el mes de septiembre de 2021 como Comisionado Presidente de la Agencia de Regulación Sanitaria (ARSA), esto sin importar que en pocos días, tomará posesión la presidenta Xiomara Castro, quien seguramente ya tenía una persona encargada para cumplir esta función.
¿Qué pasa? Ahora resulta que le dejan amarrada a Xiomara Castro esta institución, y de querer poner otra persona en el cargo, se deberá pagar las prestaciones adelantadas de los cinco años que tiene Contreras de contrato, el cual culmina hasta el año 2026, lo cual es una grosería por parte de la actual administración y para evitar pagar esta jugosa cantidad, Castro se vería obligada a trabajar con Contreras en su administración, caso contrario, se le tendría que pagar este dineral.
Es inaceptable que ocurran este tipo de cosas, pero es peor que Contreras sabiendo que terminará el mandato largo del presidente Hernández, esté falto de ética y moral y sobre todo amor al país, y haya aceptado firmar dicho contrato sabiendo que entraría una nueva administración en la cual seguramente ni siquiera pensaban tomarlo en cuenta.