El bajo nivel de las represas Los Laureles ha generado gran preocupación entre los capitalinos, quienes esperan con ansias las lluvias de mayo para aliviar la crítica situación de abastecimiento de agua en la ciudad.
Según el informe presentado este martes, el embalse de Los Laureles registra un nivel de apenas 2.3 millones de metros cúbicos, lo que representa tan solo el 31 % de su capacidad total.
Este déficit hídrico ha afectado considerablemente la periodicidad con la que se distribuye el vital líquido a los hogares de Tegucigalpa.
Actualmente, los hogares abastecidos por las represas de Los Laureles y Concepción reciben agua con una periodicidad de cada cinco días. En contraste, aquellos que dependen de la represa El Picacho lo hacen cada 15 días.
Sin embargo, la situación se ha agravado, ya que numerosos pobladores han denunciado a través de los medios de comunicación que llevan hasta mes y medio o incluso dos meses sin recibir agua.
Esta alarmante situación ha generado una gran expectativa entre los habitantes de la capital, quienes depositan su esperanza en la llegada de las lluvias, especialmente en las áreas que alimentan las represas.
La temporada de lluvias es crucial para evitar racionamientos severos y asegurar un suministro más regular y confiable de agua en la ciudad.
Las autoridades locales están monitoreando de cerca la situación y han instado a la población a hacer un uso responsable del agua disponible, mientras se implementan medidas para mitigar los efectos de esta sequía prolongada.
Los esfuerzos se centran en gestionar de manera eficiente los recursos hídricos y buscar soluciones sostenibles a largo plazo para enfrentar los desafíos que plantea el cambio climático en la región.