La violencia en Choluteca dejó otra víctima este lunes con el asesinato de Mirna Aracely Ortiz, una enfermera jubilada de 62 años, quien fue atacada a balazos mientras desayunaba en un puesto de baleadas frente al Palacio Judicial.
Su muerte ha despertado interrogantes, pues días antes había denunciado que estaba siendo perseguida.
Ortiz, originaria de Nacaome, Valle, había advertido a las autoridades sobre la presencia de sujetos sospechosos que la seguían, según reportaron medios locales.
Además, el 26 de febrero compartió en sus redes sociales un video en el que documentaba un cateo policial en su vehículo, dejando evidencia de su temor.
En la grabación, la enfermera expresaba su sorpresa ante el procedimiento y afirmaba que no tenía nada que ocultar.
“Yo vengo saliendo de una tienda, revisen todo lo que quieran, yo grabo para evidenciar lo que me están haciendo, soy una mujer honesta”, mencionó, dejando en claro su preocupación por su seguridad.
Finalmente, su asesinato plantea dudas sobre si su muerte pudo haberse evitado. ¿Recibió la protección necesaria tras sus denuncias? ¿Estaba en la mira de alguien? Mientras las investigaciones avanzan, su caso se suma a la lista de crímenes que generan incertidumbre en el país.