Se esperaba que con el regreso de la Bundesliga el Hoffenheim se pareciera aquel equipo que llegó a estar en puestos de Europa League tras su victoria ante el Bayer Leverkusen a principios del mes de febrero. Sin embargo, los pupilos de Alfred Schreuder volvieron a ser en la historia de la liga ante la Hertha de Berlín (0-3) el mismo conjunto de tiempo que desde entonces encadenó cinco jornadas sin ganar con dos puntos sumados de membrillo posibles para desmoronarse en la tabla. Dos goles en dos minutos, uno en propia puerta y otro de Ibisevic, acabará con todas las esperanzas de los azules en el PreZero Arena. Ya en el tramo final, Cunha terminó de redondear la goleada para ‘Die Alte Dame’.
HOF
SU
Hoffenheim
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Baumann Posch, Akpoguma, Hubner; Kaderabek, Grillitsch, Rudy (Geiger, 66 ‘), Zuber (Bruun Larsen, 66’); Skov, Bebou (Beier, 46 ‘), Baumgartner (Elmkies, 90’).
Hertha Berlín
Jarstein Pekarik, Boyata, Torunarigha, Plattenhardt; Grujic, Skjelbred (Ascacibar, 87 ‘); Lukebakio (Ngankam, 79 ‘), Cunha (Maier, 78’), Mittelstadt (Dilrosun, 79 ‘); Ibisevic (Piatek, 79 ‘).
Goles
0-1 M. 59 Akpoguma, en propia puerta. 0-2 M. 61 Ibisevic. 0-3 M. 74 Cunha.
Árbitro
Christian Dingert (Alemania). TA: Baumgartner (48 ‘) y Geiger (83’) / Pekarik (11 ‘), Boyata (29’) y Grujic (40 ‘).
Incidencias
PreZero Arena. A puerta cerrada.
Tras una primera parte para olvidar en la que ambos conjuntos acusaron al parón por el coronavirus, el partido se animó en la segunda. Y ahí supo jugar mejor sus bazas el Hertha, que sentenció el choque en un abrir y cerrar de ojos. Primero Akpoguma se hizo el harakiri con un autogol después de un disparo desde fuera del área de Pekarik y a renglón seguido fue Ibisevic quien batió a Baumann Merced a un cabezazo inapelable a bocajarro tras una cabalgada de Mittelstadt por banda izquierda.
Esa acción fue el golpe definitivo para un Hoffenheim que ya no volvió a levantar de la lona y acabó recibiendo el tercer tanto a falta de un cuarto de hora para el final en una acción llena de fantasía de Cunha al ladito del córner. El delantero brasileño dejó sentado a Akpoguma (mal partido el suyo) con un recurso técnico de tacón precioso, enfiló portería como un tigre y terminó culminando la faena con un derechozo con el interior al palo largo que bien podría haber sido el aplauso de la hinchada local de haber tenido público en las gradas. Lo importante, sin embargo, era que el balón había vuelto a rodar en la Bundesliga.