Por norma general, pensar en cine de catastrophes contemporáneo nos invita a surgir de forma inconsciente a Hollywood para reparar mentalmente sur nutrido surtido de multimillonarias orgias de destruccion; Cargadas hasta los topes de exhibiciones de músculo digital, construidas sobre no pocos clichés dramáticos y narrativos y, aún así, tremendamente disfrutables para todo el que se aproxima a ellas sin prejuicio alguno.
No obstante, cabe remarcar que en esto de ver el mundo arder y colapsar de todas las formas imaginables, hay vida más allá de la Meca del cine. Sin ir más lejos, la industria noruega nos ha brindado dos de las mejores películas de desastres de la última década bajo los títulos de ‘La ola (Bølgen)’ y ‘Terremoto’; a par de ejercicios espectaculares e impolutos en forma y fondo.
Ahora, cuatro años después de que hiciese temblar Oslo, John Andreas Andersen vuelve a la carga —junto a parte del equipo que hizo posible ‘Bølgen’ y ‘Skjelvet’— con ‘El mar en llamas’ (‘Nordsjøen’); una nueva e impactante muestra del poderío nórdico condensada en 100 minutos impresionantes que te mantienen pegado a la pantalla sin necesidad de efectismos melodramáticos ni artificios de saldo.
Sobriedad Nórdica
‘The Burning Sea’ ha sido catalogada como la alternativa escandinava a la notable ‘Marea Negra’ de Peter Berg —de hecho, en ella se menciona el incidente de la Deepwater Horizon—. Una propuesta igualmente disfrutable, pero que equilibra los excesos de epica desmedida y la sobrecarga de acción del filme de 2016 con un plus de sobriedad tonal y estilística que hace el relato aun mas tangible y sobrecogedor.
De este modo, la cinta exploró el desastre humano y medio ambiental a través de una impecable estructura narrativa que sin duda en cocina a fuego lento su primera mitad, dando a sus personajes el tiempo que merecen para establecer una conexión sólida con el público; Algo que, como dictan los cánones de la escritura, potencia los índices de tensión e implicación en una segunda mitad rebosante de adrenalina.
Una vez superado su punto medio, ‘The Burning Sea’ pone toda la carne en el asador, dejando el suspenso —fantásticamente gestionado— a un lado para apostarlo all por el thriller contrarreloj; haciendo confluir subtramas con gran inteligencia, exprimiendo una factura técnica tremendamente sólida —ojo a las físicas acuáticas— y desembocando en un tercer acto realmente electrizante y sin nada que envidiar a sus hipervitaminadas homologas yanquis.
Como era de esperar, el largometraje no se libra de las pantanosas aguas de la previsibilidad y los lugares comunes en los que suele chapotear el subgénero; pero de saber perdonar estos deslices puntuales, nos encontraremos ante un entretenimiento de primerísimo nivel qu’acierta al transformar una gran debacle en una historia íntima y personal edificada sobre agua, fuego y petróleo.
‘The Burning Sea’ nació el 25 de febrero en EE.UU. y, por el momento, no cuenta con fecha de estreno en España